El hormigón es uno de los materiales más utilizados en la construcción gracias a su durabilidad y versatilidad. Sin embargo, con el paso del tiempo y bajo ciertas condiciones, puede sufrir un proceso de deterioro que compromete su integridad estructural. Entre las principales causas de la corrosión del hormigón se encuentran los factores químicos, en especial aquellos relacionados con la acción de la humedad, el salitre y otros agentes presentes en el entorno. Comprender estas causas es fundamental para prevenir y mitigar los daños que afectan tanto a la apariencia como a la seguridad de las construcciones.
Carbonatación
La carbonatación es un proceso químico que ocurre cuando el dióxido de carbono (CO2) presente en el aire penetra en el hormigón y reacciona con el hidróxido de calcio, uno de los componentes del material. Esta reacción forma carbonato de calcio, lo que provoca una disminución del pH del hormigón y, como consecuencia, la protección natural que ofrece a las armaduras de acero se ve comprometida.
Cuando las armaduras quedan expuestas, la humedad y el oxígeno pueden llegar a ellas, iniciando el proceso de corrosión. Esto da lugar a la expansión del acero, lo que genera tensiones internas que pueden causar grietas y fisuras en el hormigón. Si no se trata a tiempo, el daño estructural puede ser severo.
Corrosión de las armaduras
Uno de los problemas más graves que afecta al hormigón es la corrosión de las armaduras de acero que lo refuerzan. La presencia de humedad y sales, como el cloruro sódico (salitre), acelera este proceso. El salitre es particularmente dañino en entornos costeros.
Cuando el acero en el interior del hormigón comienza a corroerse, se expande, generando fisuras en la estructura. Estas fisuras no solo debilitan el hormigón, sino que también permiten una mayor penetración de agentes externos, lo que agrava el problema. Con el tiempo, la estructura puede perder su capacidad portante, poniendo en riesgo la seguridad de la construcción.
Ataque por sulfatos
Los sulfatos, presentes en algunos suelos y aguas subterráneas, también pueden ser responsables del deterioro del hormigón. Cuando las sales de sulfato entran en contacto con el material, reaccionan con el hidróxido de calcio y otros componentes del cemento, generando compuestos expansivos que provocan la aparición de fisuras y debilitamiento de la estructura.
Este tipo de ataque es común en zonas donde hay problemas de capilaridad y filtraciones, especialmente en plantas bajas de viviendas y en construcciones subterráneas como sótanos y garajes. Las señales visibles incluyen grietas y desprendimientos en la superficie, lo que indica que el hormigón está perdiendo su cohesión interna.
Reacciones álcali-árido
Otro fenómeno que afecta al hormigón es la reacción álcali-árido (RAA), que ocurre cuando ciertos minerales presentes en los áridos reaccionan con los álcalis del cemento en presencia de agua. Esta reacción genera un gel expansivo que provoca la aparición de grietas en la superficie del hormigón.
La RAA es más frecuente en climas húmedos y en estructuras expuestas a la lluvia o fuentes de agua. Aunque el daño puede tardar en aparecer, una vez que comienza el proceso, es difícil de detener sin una intervención adecuada.
Prevención y soluciones
La corrosión del hormigón es un desafío que afecta a numerosas construcciones, y su correcto abordaje requiere un conocimiento especializado y soluciones adaptadas a cada caso particular. Las consecuencias de este tipo de deterioro pueden ser graves si no se detectan y tratan a tiempo, por lo que es fundamental contar con expertos que comprendan los factores involucrados y cómo gestionarlos de manera eficaz.
En Humesec, nos especializamos en hacer frente a este tipo de tratamientos complejos, con una amplia experiencia en la identificación y corrección de problemas relacionados con la humedad y la corrosión que genera. Nuestro equipo está preparado para abordar cualquier reto, asegurando que las edificaciones se mantengan en óptimas condiciones a lo largo del tiempo.